A finales del siglo XVI,
era popular en Francia un tipo de comedia similar a la farsa, y esto dificultó el establecimiento total del drama renacentista.
En aquel tiempo no existían en París edificios expresamente dedicados al teatro; se utilizaron con ese propósito canchas de tenis cubiertas y fueron convertidas en teatros.
La fuerte influencia italiana en Francia llevó a popularizar representaciones parecidas al intermezzo, que fueron denominados ballets.
Hasta la década de 1630-1640,
con las obras de Pierre Corneille y, más tarde, de Jean Baptiste Racine, no se estableció plenamente el drama neoclásico.
Bajo la influencia ejercida por el cardenal de Richelieu, las normas neoclásicas fueron rígidamente aplicadas, y la obra de Corneille El Cid (1636), aunque extremadamente popular, fue condenada por la Académie Française por violar los principios del decoro y la verosimilitud.
Las obras de Racine
combinan con éxito la belleza formal de la estructura y el verso clásicos con temas mitológicos para crear obras austeras de elevado estilo.
Molière
está considerado como el gran dramaturgo francés.
Sus farsas y comedias de costumbres reciben en su mayoría una influencia directa de la comedia, pero generalmente van más allá de su objetivo específico y podrían considerarse como observaciones sobre las limitaciones y errores del género humano.
Muchas de sus obras están imbuidas de una cierta amargura.
Molière fue también un actor cómico de excepción en su tiempo, y trabajó con el objetivo de alterar el estilo histriónico y ampuloso que entonces dominaba la escena francesa.
Hizo que los miembros de su compañía, para quienes escribía papeles a la medida en sus obras, adoptaran un estilo más coloquial y se movieran de un modo más natural.
Aunque tuvo gran éxito con sus producciones, el estilo grandioso sobrevivió en Francia hasta principios del siglo XIX.
Unos años después de su muerte acaecida en 1673, su compañía fue fusionada, por orden de Luis XIV con otras de París.
De esta fusión surge, en 1680, la Comédie-Française, aún existente y hoy la compañía de teatro estable más antigua del mundo.
Durante el siglo siguiente el teatro francés estuvo dominado por los actores y no hubo producciones notables hasta finales del siglo XVIII.
Los teatros de bulevar y feria, casi legales, tomaron gran auge durante esta época.
TEATRO DEL SIGLO XVIII
El teatro del siglo XVIII era, básicamente, y en gran parte de Europa, un teatro de actores.
Estaba dominado por intérpretes para quienes se escribían obras ajustadas a su estilo; a menudo estos actores adaptaban clásicos para complacer sus gustos y adecuar las obras a sus características.
Dramaturgos como el francés Pierre de Marivaux, George Lillo escribieron obras sobre la clases media y baja en situaciones realistas pero simplistas, en las que el bien triunfaba de forma invariable.
Este tipo de obras se conocía bajo los nombres de drama doméstico o drama sentimental.
La tragedia del modelo francés de Racine no se produjo.
Leandro Fernández de Moratín reacciona contra estos extremos y en sus obras realiza una crítica a la sociedad, al estilo de Moliére, preocupándose por la puesta en escena de las obras, decorados y realismo.
TEATRO ROMÁNTICO
En su forma más pura, el romanticismo proponía en el plano espiritual, que la humanidad debía trascender las limitaciones del mundo físico y el cuerpo alcanzar la verdad ideal.
El romanticismo en francia
Las obras del dramaturgo francés René Charles Guilbert de Pixérécourt abrieron el camino para el romanticismo francés, que previamente sólo tenía un punto de referencia en el estilo interpretativo de François Joseph Talma en las primeras décadas de siglo XIX. Hernani (1830) de Victor Hugo es considerada la primera obra romántica francesa.
Las mismas fuerzas que condujeron al romanticismo también, en combinación con varias formas populares, condujeron al desarrollo del melodrama, el género dramático más arraigado en el siglo XIX.
El melodrama como literatura es a menudo ignorado o ridiculizado, cuando menos desdeñado por los críticos, porque aporta imágenes de villanos que se atusan el bigote, o heroínas sujetas a vías de tren.
Sin embargo, es incuestionable que representa la forma más popular de teatro jamás producida.
Provee un vehículo para los efectos escénicos más espectaculares, así como para una interpretación efectista.
Del mismo modo asienta las bases para la fórmula teatral más extendida hoy día: la televisión.
La palabra melodrama tiene dos significados:
1-combinación de comedia y tragedia (mezcla de géneros),
2- un drama acompañado de música.
Esta última definición puede aplicarse fácilmente a la mayoría de películas y producciones televisivas, en las que los personajes son identificados a través de la temática, y las emociones del público manipuladas a través de la música.
El melodrama en francia
Casi tan popular como él, fue el autor francés Pixérécourt.
Los melodramas
se componen normalmente de tres actos en vez de utilizar la división clásica de cinco.
La trama se centra en torno a un conflicto entre un protagonista virtuoso y un malvado villano.
El héroe salva una serie de dificultades aparentemente insuperables antes del triunfo final.
La trama se queda al servicio de una serie de momentos de clímax incluyendo muchas muestras del azar del destino.
Los acontecimientos más importantes de la acción pueden incluir elementos espectaculares como inundaciones, terremotos, erupciones volcánicas, persecuciones a caballo, o batallas, todo ello llevado al escenario con gran lujo de detalles.
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